La grave caída de hace diez días causó honda angustia, pero desde entonces el jugador de 42 años va dando pasos positivos; se lo despertó y se le realizó una traqueotomía
LA NACION | 10 de marzo de 2022
Nadie puede cantar victoria, pero desde hace varios días los signos que entrega el estado de salud de Diego Araya son alentadores. Se trata del polista que se accidentó gravemente hace diez días en Coronel Suárez, jugando la final por las tradicionales copas General Manuel Belgrano y Tres de Febrero, que estuvo en un coma inducido, a raíz de un coágulo en el cerebro y de fracturas en cuatro costillas, amenazantes para los pulmones.
Araya transitó, mientras depuraba la medicación, una “meseta muy angustiante”, según la calificó Florencia, la esposa del jugador de 42 años y 7 goles de handicap. Pero el domingo empezó a haber avances más importantes. Ya el viernes último había empezado a “respirar más que el respirador” artificial, pero luego, en el cierre del fin de semana, abrió los ojos tras recibir la orden de hacerlo. Un progreso ostensible dado el estado en que se encontraba el paciente del hospital Dr. Raúl Caccavo, de Coronel Suárez (suroeste de la provincia Buenos Aires).
El lunes ya pasó más tiempo despierto y comenzó a “conectarse”. “Diego la está rompiendo y estoy segura que la Virgen lo está acompañando…”, escribió Florencia en Vamos TIO VIEJO, un grupo de mensajería instantánea que informa a sus 256 participantes cómo está Araya, jornada tras jornada. Otra novedad saliente fue que este martes se le practicó una traqueotomía, un orificio que permite una mayor entrada de aire al cuerpo, por la tráquea. El polista volvió “a dormir”. “Pero seguimos bien!!!!”, celebró su señora.
Y este miércoles el progreso consistió en que Diego está más atento a ruidos y movimientos, aun cuando se encontraba cansado. La traqueotomía le permite respirar sin asistencia mecánica. En otras palabras, sin respirador artificial. A esto se suma que sus familiares y amigos están visitándolo en el centro de salud. El optimismo es presencial y compartido.
Todas estas mejoras permiten pensar en un traslado a un instituto médico de mayor complejidad. De hecho, quizás este mismo jueves o el viernes Araya sea llevado al centro de neurología Fleni, de Buenos Aires. Coronel Suárez se ubica a unos 550 kilómetros de allí. La posibilidad fue pensada en un principio, pero el viaje implicaba cierto riesgo y se consideró que el hospital Caccavo podía afrontar la emergencia inicial.
“Mil gracias por tanto cariño y apoyo”, escribió Florencia en uno de sus mensajes. Y casi diariamente cierra con una misma frase: “Hay que seguir rezando mucho!!!!”. Su ánimo y su esperanza son bastante diferentes a los de aquellas primeras horas de angustia. Y aunque la situación no deja de ser delicada, hay más margen para creer en una gran recuperación de Diego Araya, el experimentado back querido por tantos en el ambiente del polo.
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